El Tarot es uno de los sistemas de adivinación más antiguos de los que disponemos. Los beneficios que nos aporta y todo lo que podemos hacer con él para mejorar nuestras vidas es algo que muchos conocen. Sin embargo, la historia del Tarot, sus orígenes, las cartas y sus significados es, hoy día, un gran misterio para muchas personas. Por ello, en este artículo, os queremos hablar de los orígenes y significado del Tarot.
Historia del Tarot: ¿cuáles son sus orígenes?
El origen del Tarot sigue siendo un misterio hoy en día, pues hay varias opciones que manejan los expertos. Sin embargo, parece haber una serie de datos que sitúan sus orígenes en China 300 años de su llegada a Europa durante el s. XIV. En un principio, las cartas se clasificaban en 4 pilas, lo que conocemos en la actualidad como oros, bastos, copas y espadas. Más tarde, se incluyeron los “ases o triunfos” hasta conformar lo que hoy conocemos como Arcanos Menores. Sin embargo, la evolución del Tarot continuó.
Los Arcanos Menores representaban conceptos muy diversos, como los dioses, la vida cotidiana, las virtudes, etc. Y estos varios conceptos fueron los que se quisieron resumir en las cartas: aparecieron los 22 Arcanos Mayores. En este momento, el Tarot también es cuando cogió su nombre, de la palabra “tarocco”, concepto que hace referencia a un juego que se practicaba en Bolonia. Luego, fue evolucionando a lo largo de la historia hasta llegar a nuestros días.
Pese a que estas cartas se consideraban inicialmente un juego, Antoine Court de Gébeline publicó, en 1781, un ensayo fundamental que cambió la visión que se tenía del Tarot. En este documento, estableció que las cartas están relacionadas con los misterios egipcios, así como a los oráculos y demás sistemas de adivinación empleados en la Antigüedad. Además, fueron muchos los estudios recogidos en los que las predicciones del Tarot, así como su uso para el propio conocimiento, dieron por validada la función principal del Tarot: mejorar nuestras vidas en el futuro mediante ellas, sus consejos y sus representaciones.
Composición de la baraja del Tarot
Como hemos mencionado, la composición de la baraja del Tarot inicial estaba conformada únicamente por las cartas básicas de los cuatro palos. Posteriormente, se añadieron las demás cartas hasta conformar los palos completos: los Arcanos Menores y “la baraja española”. Por último, se diseñaron y se añadieron los Arcanos Mayores, las cartas capaces de representar las virtudes, las cualidades, etc., en una sola figura. Además, se les dio el camino del aprendizaje, el cual refleja el camino vital de cada persona. Todos pasamos por los diferentes estadios vitales que reflejan las cartas del Tarot y, por ello, son grandes aliadas a la hora de analizar momentos y situaciones personales.
Además de toda esta historia, dada su efectividad, fueron muchos los personajes célebres, como Carl Jung o da Vinci, entre otros, que se interesaron por las cartas, ofreciendo nuevos dibujos, detalles, estudios, etc.
Significado de las cartas del Tarot
Court de Gébeline fue el encargado, pues, de transformar las cartas de un juego en un completo sistema de adivinación: recogió muchísimos estudios sobre las cartas y fue comparando lecturas y tiradas con eventos de la vida de aquellos que tenía cerca de él. Así fue, pues, cómo la taratología empezó: estudios que probaron la certeza y el funcionamiento de estas figuras tan místicas.
Hemos hablado, extensamente, de cada uno de los Arcanos Mayores del Tarot. Pero, a modo resumen, os recordamos sus cualidades más destacadas:
El Loco representa la creación. 1. El Mago, la inspiración y la conciencia. La Papisa o Sacerdotisa, la figura que representa todo lo relacionado con el subconsciente. La Emperatriz es la figura que se asocia a la vida, la imaginación y la creación. Por su lado, el Emperador está relacionado con el control, el orden y la autoridad. El Papa o el Sumo Sacerdote, se destaca por representar el aprendizaje y la intuición. Los Enamorados, figura que encarna la belleza y el amor. El Carro representa el avance y la voluntad personal para conseguir logros y objetivos. Por su lado, la Justicia representa el equilibrio.
El Ermitaño es la figura que representa la sabiduría y la prudencia. La Rueda de la Fortuna es el karma y habla de equilibrio en movimiento. La Fuerza es símbolo de valentía, fortaleza y libertad. El Ahorcado representa la experiencia, la caridad y la equidad. La Muerte, a diferencia de lo que se pueda pensar, es la figura que representa cambios duros e inevitables, pero para dar paso a un nuevo renacimiento. La Templanza significa la espiritualización. El Diablo, por su parte, representa lo instintivo, los impulsos no controlados y las apariencias. La Torre es una de las cartas más duras del Tarot, aunque no lo parezca. Esta carta representa el despertar, el darse cuenta de las cosas, los obstáculos en este cambio de conciencia.
La Estrella es la figura que representa la renovación, la tranquilidad y la esperanza en los nuevos propósitos. La Luna, por su lado, nos habla del cuerpo físico, de la belleza, pero también de los engaños. El Sol, por el contrario, es una carta muy positiva que hace referencia a la conciencia, la energía y el éxito. El Juicio es el despertar final, el conocernos, aceptarnos y adaptarnos. El Mundo ya nos habla de una realización total y de la consecución de los objetivos establecidos.
El Tarot es, pues, un sistema de adivinación usado desde la Antigüedad, el cual se caracteriza por disponer de un buen cúmulo de experiencias positivas. Estas experiencias personales, recogidas a lo largo de los siglos, demuestran que estas cartas sí nos ayudan a lo largo de nuestro tránsito por la vida.
0 comments:
Publicar un comentario