CUALIDADES DE UNA BUENA TAROTISTA
EMPATÍA
Esta es sin duda la cualidad más importante, y parece extraño, porque se podría pensar que la cualidad más importante de alguien que lee las cartas del tarot debería de ser su índice de aciertos; pero no lo es. Lo más importante es saber ponerse en el lugar del otro, del consultante. Saber empatizar con los problemas, las dudas y las vidas de nuestros consultantes es lo que de verdad nos abre la puerta a una predicción acertada. Dándonos la capacidad de integrarnos en su conciencia, en su problemática, para ver como nuestras sus disyuntivas.
Una tarotista con el don de la empatía tratará los problemas del consultante como si fueran los suyos propios, para poder ayudar y pronosticar con la mejor base.
CONFIANZA
Cuando consultamos a una tarotista nos exponemos de alguna forma. Ella va a tener acceso a rincones de nuestro inconsciente, de nuestro pasado y de nuestros miedos. Es por todo esto que la confianza entre el consultante y la tarotista es vital para poder hacer una consulta que sea reveladora y que ayude a la persona que la recibe. Nunca se deben hacer juicios de valor, ni traicionar la confianza depositada en la tarotista por parte del consultante. Así mismo, nunca se debe mentir, porque entonces la consulta tampoco tendría ninguna validez. Esto nos lleva al siguiente punto.
SINCERIDAD
Si al realizar una consulta nos damos cuenta de que nuestra tarotista nos dice lo que queremos oír, es que no está contando toda la verdad. La tarotista ha de ser sincera con aquello que le transmite la lectura del tarot. No debe decir lo que los demás quieren escuchar, (a todos nos gusta recibir halagos, pensar que nuestro amor es correspondido, que encontraremos trabajo…), pero el profesional debe dar toda la información que vea y que desprendan las cartas al consultante, tanto si es malo como si es bueno. También se debe desconfiar de las tarotistas que ven siempre lo negativo, que inclinan al miedo o la amenaza en la consulta o que dicen que la persona puede ser víctima de mal de ojo, brujería o algún hechizo.
CONOCIMIENTO
Una buena tarotista conoce bien la naturaleza humana, la cual está representada en los arcanos. Conoce su baraja, su pacto con ella y las reglas del Tarot. Y no solo eso, conoce también otras mancias, la magia, la espiritualidad y la mente humana. Sabe de psicología para aplicarla a las cartas del tarot para una mejor interpretación. Nunca deja de lado el estudio del esoterismo, ya que unas mancias complementan a otras.
INTUICIÓN
La intuición es la cualidad, que suele ser innata, y que además se desarrolla a lo largo de la vida, que una buena tarotista tiene que tener por excelencia. Es esta cualidad superior la que da a la tarotista el don de poder intuir el pasado, el presente y el futuro de una situación. Una buena tarotista entrena a diaria su intuición y se guía por ella, para descubrir los entresijos de una tirada y transmitirlos al consultante.
HONESTIDAD
Una buena tarotista es honesta, consigo misma y con el mundo. Sabe dónde están los límites de su don, y comprende que no siempre acertará. Se guiará por unos principios y valores honorables, respetando tanto su don como a su gremio. Pedir excesivo dinero por una lectura, dejar en espera a los consultantes, tratar de embaucar a las personas, no solo desvirtúa a la profesión, también lo hace al don que la tarotista pudiera tener.
He querido resumir aquí las cualidades más importantes de una buena tarotista, por supuesto que hay muchas más como la disposición a ayudar a los demás, el positivismo, la sensibilidad y la humildad.
Una buena tarotista sabe que no puede permitir que un consultante se amargue con una consulta, debe intentar animar a esa persona arrojando la luz de la sabiduría en su vida y es consciente de que ella es un mero vehículo de interpretación de un Oráculo. El poder del Tarot reside en él mismo, es misterioso y trascendente. Nosotros, los tarotistas, solo somos los afortunados que podemos interpretarlo para darlo a conocer a las personas que nos consultan.
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