La contraposición de lo luminoso y bueno, por un lado, y de lo oscuro y malo, por otro, quedó abandonada abiertamente a su conflicto en cuanto Cristo representa al bien sin más, y el opositor de Cristo, el Diablo, representa el mal. Esta oposición es propiamente el verdadero problema universal, que aún no ha sido resuelto.
C. G. Jung. Psicología y Alquimia, 1944, 21, § 22.
¿Qué es la La Sombra Arquetípica?
El concepto de Sombra fue divulgado en nuestro mundo contemporáneo gracias a los trabajos del psicólogo suizo Carl Gustav Jung, discípulo de Sigmund Freud, y fundador de la Psicología Analítica; él la definió con las siguientes palabras:
“Los rasgos del ser humano en parte reprimidos, en parte no vividos del todo que desde el principio fueron en gran parte excluidos por motivos morales, sociales, educativos o de otro tipo y por eso cayeron en la represión, es decir, en la disociación.”
Este conjunto de elementos rechazados de nuestra psique conforma una personalidad aparte, con su propia inteligencia y voluntad, que coexiste con el Yo Consciente y socialmente correcto representado por nuestro Ego.
Nos asusta enfrentarnos a nuestra sombra, la que cada uno de nosotros poseemos y reprimimos, precisamente porque se nos ha dicho que lo hagamos. La sombra forma parte del ser humano de manera intrínseca. Reprimir la sombra es un acto reflejo en nuestro interés por formar parte de la sociedad. Es esta misma sociedad la que nos enseña a condenar pensamientos, actitudes y cualidades que no son aceptadas.
Y es en cierta manera un modo reflejo de protegernos y de proteger a la sociedad de nuestros pensamientos más oscuros y nuestros deseos inconfesables.
En este mundo dual en el que nos movemos, todos somos conscientes que no hay sombra sin luz, por lo que no hay bien sin mal. Y es ahí donde podemos profundizar en el arcano del Diablo. El diablo es el arcano de la sombra, es lo que todo llevamos dentro y reprimimos en por de un bien, ya sea común o nuestra paz interior. Por eso se dice que el Diablo se esconde en los pequeños detalles. Peor que es en esos momentos, en los que vamos cargando demasiada presión, ocultando a los demás cómo somos realmente, que una pequeña gota puede desatar una tormenta. Y sucede, nos pasa a todos. Entonces a través de esa tormenta es como llegamos a verdaderamente conocernos a nosotros mismos.
Si aprovechamos el poder de la Sombra, si nos paramos a pensar porque le estamos gritando a un desconocido que no puede oírnos en un coche o al ordenador, o por qué odiamos tanto a una persona que casi ni conocemos, un colega de trabajo y hasta un jefe, nos daremos cuenta de que no soportamos a esa persona sin razón aparente es porque esa persona nos muestra nuestra sombra. todo aquello que no queremos ver de nosotros mismos.
El Diablo como la Sombra arquetípica
No es un trabajo fácil, y desde luego, debe ser un trabajo consciente. La Sombra está en todas partes donde haya Luz. Muchas veces personas que muestran solo una cara, que quieren parecer perfectas o ser un pilar de la sociedad, terminan por enseñar un lado muy oscuro que no pueden mantener escondido. Y todo sale a la Luz. Tarde o temprano. Y no solo estas emociones reprimidas tienen consecuencias en el carácter o comportamiento de los individuos, sino que también afectan a su salud física. Existen multitud de estudios que demuestran que nuestros pensamientos, nuestra mente afecta a nuestros órganos internos.
Existen a su vez multitud de escuelas de pensamiento que abogan por el positivismo radical, el cual crea una angustia vital en las personas que se culpan por tener malos pensamientos.
No es una cuestión de evitar los malos pensamiento o emociones, para nada, la represión solo agudiza el problema. Es una cuestión de reconocer lo malo en nosotros, verlo desde una perspectiva no inculpatoria. Observar como nuestro cuerpo reacciona a los actos de los demás que nos sacan de nuestras casillas, e intentar con todas nuestras fuerzas aceptarnos, aceptar el pensamiento negativo y ELEGIR no reaccionar. Eso es lo que nos diferencia de los cocodrilos. Y esa es la lección de la Sombra, lo que Jung perseguía en los sueños de las personas, en su terapia, nuestros pensamientos reprimidos si son reconocidos (expuestos a nuestra propia Luz) dejarán de atormentarnos.
La represión, lo inconfesable, nos encadena y por esa razón Adán y Eva aparecen encadenado el Arcano de Diablo. Porque un secreto inconfesable, uno que no nos atrevemos a confesarnos ni a nosotros mismos, nos encadenará en un comportamiento limitante y a una visa de sufrimiento.
Liberarse de esas cadenas, de la Sombra del Diablo que yace dentro de nosotros mismos, es la verdadera forma de conocerse a uno mismo, y por ende, de arrojar Luz a nuestro corazón y al fondo de nuestra mente, reconociendo los traumas que todos llevamos dentro, y eligiendo reconocerlo en los demás, para así evitar que la Sombra en realidad esté gobernando las mentes y los corazones de cada uno de nosotros.
Aquí os dejo un vídeo muy interesante sobre el concepto de Sombra arquetípica de Jung.
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