La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.
Earl Gray Stevens
Earl Gray Stevens
Dice el refrán
que la confianza sube en escalera y baja en ascensor y es bien cierto. Es un
sabio refrán que nos indica lo difícil que es ganarse la confianza de alguien,
o de algo y lo fácil que es perderla.
El Tarot y la Confianza
La confianza en el Tarot es algo que se
gana poco a poco, a base de probar, de preguntar, y sobre todo de creer. Es curioso
que cuanto más se le consulta al Tarot más nos damos cuenta de lo beneficioso
que es y de lo mucho que nos aporta, entonces aumenta la confianza y aumenta la
fe. Ambas cosas son importantísimas para
que el Tarot funcione, para que el Tarot nos guíe. Suelo decir que el Tarot (los
Arcanos) nunca fallan, y lo creo intensamente. Me lo han demostrado a lo algo
de los años en multitud de ocasiones, y es esa creencia la que hace que el
Tarot me “hable”, me enseñe el camino. Han sido muchas las personas que me han
vuelto a consultar una y otra vez, precisamente porque confiaron en el Tarot. Y
en mi habilidad para “escucharlo”. Es una habilidad que nace de la plena
confianza que tengo en el Tarot, en sus arcanos y en sus imágenes. Nunca me fallaron, siempre confié en ellos.
El Tarot nunca
miente, y tampoco podemos mentir nosotros al Tarot. Su poder viene de los
Arcanos, de los arquetipos eternos inherentes a la humanidad en todas las
épocas de la Historia. Y estos forman parte de las verdades absolutas, tales
como la muerte, el amor, la traición o la amistad. Muchas veces me pregunto
por qué ciertas indicaciones del Tarot no se cumplen tal y como las he visto, y
es muy sencillo: el Tarot me supera muchas veces, él sabe más de cada situación
que se presenta y lo “ve” desde un plano mucho más absoluto que “el consultante”
por eso a veces se escapan las interpretaciones exactas. O tal vez -de la forma
en la que funciona el Tarot que siempre va unido al Libre Albedrío- una vez que
el Tarot nos avisa de una situación, nosotros consciente o inconscientemente la
evitamos, lo que hace que no se presente en nuestras vidas. Esto es
especialmente bueno cuando se nos ha avisado de problemas venideros, que el
final no se presentan.
Y es esto lo que también hace que se potencie la
confianza en los Arcanos. Siempre debemos confiar en el que Tarot nos guiará
por el camino correcto, que muchas veces puede ser distinto al que nosotros
pensamos. Pero a la larga y mirando atrás siempre comprobamos que el camino o la
vía del Tarot siempre fue la correcta, la que más nos aportó a nuestro
crecimiento.
La confianza en
el Tarot es la que se tiene por un buen amigo que nunca nos defrauda, ese amigo
nos dirá las cosas buenas y nos criticará también cuando sea necesario, y es
por eso que valoramos su amistad: el Tarot funciona igual. Donde no hay
confianza, no hay amistad, y la relación con las cartas, con su intérprete y con
el consultante debe ser plena y armoniosa, para que se canalicen mejor todos
los mensajes. Si uno miente, ya sea el intérprete o el consultante, la relación
se desvirtúa y no se llega muy lejos.
Para una relación
plena con el Tarot hay que construir la confianza, muchas veces es importante
que sea a base de tiradas, de consultas o simplemente mirando a los arcanos y
empapándonos de su esencia verdadera.
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